lunes, 31 de mayo de 2010

Gobierno pide apoyo a ex ERP
 http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6351&idArt=4833131


ROBERTO ALAS
DOMINGO, 30 DE MAYO DE 2010
El gobierno de Mauricio Funes ha emprendido una cruzada con la que pretende buscar apoyos ciudadanos para la ejecución de su plan quinquenal, ya lo hizo con el Movimiento Ciudadano por el Cambio, y ayer se lo pidió a un grupo de ex efemelenistas quienes celebraron su Primer Encuentro Ciudadano de ex militantes del ERP.Para ello, el Secretario Técnico de la Presidencia, Álex Segovia, les expuso a unos 100 miembros del nuevo movimiento que se reunieron en el Centro de Ferias y Convenciones, el trabajo realizado en este primer año de gestión, y les instó a que apoyen las transformaciones sociales que se han emprendido.
"Tienen que pedir al Estado que cumpla todas sus promesas económicas y sociales", les dijo Segovia.
Por su parte, Sonia Aguiñada, líder del movimiento civil, indicó que respaldan los cambios que ha emprendido el gobierno, e incluso, no descartan en un futuro aliarse con el Movimiento por el Cambio.

martes, 25 de mayo de 2010

Entrevista de Silvio publicada en La Jornada


Foto
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Martes 25 de mayo de 2010, p. a40
La Habana, 23 de mayo. El próximo domingo 30 de mayo se presenta en Puerto Rico, preámbulo de una gira que lo llevará por varias ciudades de Estados Unidos. Después de 30 años de ausencia en ese país, el cantautor cubano Silvio Rodríguez actuará el 4 de junio en el mítico Carnegie Hall, en Nueva York, que ya vendió todos los boletos para este concierto.
Mientras llega el momento de abordar el avión, no se da respiro: el oficio requiere de decoro y dedicamos a ensayar todo el tiempo posible, advierte en su blog Segunda Cita, una novedad que siguen con atención los silviomaniacos de medio mundo y que lleva el nombre de su álbum más reciente. Un disco en el que se siente a ese Silvio que le ha dado a la música y a la poesía de la región algo profundo e impagable, una percepción de la naturaleza humana, cierto sentido tangible de la belleza.
Pero no hablamos de la Segunda Cita musical. Hace un paréntesis en su disciplinada rutina diaria, para conversar con La Jornada acerca de la gira que se le viene encima, del poeta salvadoreño Roque Dalton, a quien conoció en La Habana, y aventura algunos ojalá para México, un país al que le debo mucho.
Empezar con los amigos
–¿Es casualidad que su gira comience por Puerto Rico?
–Así nos lo propusieron los organizadores; algunos de ellos son puertorriqueños. A mí no me parece mal empezar por donde tengo tantos amigos.
–¿Por qué el gigantismo informativo contra Cuba, mientras apenas se habla de la huelga de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico? ¿Por qué Orlando Zapata sí y Filiberto Ojeda no?
–(Noam) Chomsky lo explica: más de 90 por ciento de los medios analógicos y virtuales están en manos de la derecha. Por eso Orlando Zapata sí y Filiberto Ojeda no.
“Es curioso ver cómo en España se lanza una ‘plataforma para democratizar Cuba’ con un día de diferencia de otroshow montado por (José María) Aznar. Son acciones coordinadas que, además de hacernos mala propaganda, pretenden reposicionar (destruir) el concepto de izquierda en Europa. No hace mucho un editorial de El País sostenía que la línea fronteriza de la izquierda era la Revolución Cubana, porque apoyar a Cuba se situaba de facto fuera de lo ‘políticamente correcto’. Vienen armando ese muñeco desde hace rato; por eso no es raro que entre los adheridos a la llamada plataforma hayaprogres históricos que han mordido el anzuelo. Se trata de un paquete que incluye ubicar a (Rodríguez) Zapatero y a Moratinos como izquierda en desuso, con vista a las próximas elecciones, y de paso neutralizar que se revise la ‘posición común’ contra Cuba, que justamente el gobierno de Aznar promovió en la Unión Europea.
Por su parte, los estudiantes universitarios puertorriqueños ahora mismo escriben una página de la historia de su país. Su lucha por el futuro les inaugura una estatura cívica y los enriquece humanamente. En estos días saldrán canciones donde los ideales y el amor serán lo mismo.
–Sé que están vendidas ya todas las entradas para el Carnegie Hall, en Nueva York. ¿Tendrá otra presentación en esa ciudad? ¿Qué conciertos están confirmados en Estados Unidos?
–Hasta ahora estamos seguros de San Juan, Nueva York y Los Ángeles. Se hacen gestiones en Oakland, Washington y Orlando. Como bien dices, el Carnegie Hall está totalmente vendido. Me han dicho que si se pudiera correr una fecha, posiblemente hagamos un segundo.
–¿Cuán grande es la frontera cultural entre el mundo latinoamericano, que es el suyo, y el anglosajón? ¿Qué deudas tiene su música con la cultura estadunidense?
–Es lógico que un país multinacional tenga una cultura vigorosa. Hace unos días le decía a Billboard que prácticamente toda la música del mundo ha pasado por Estados Unidos. Sea por la razón que sea, eso es un hecho cultural tremendo. Cuba está a 100 kilómetros de esas costas y comparte con Estados Unidos el factor étnico del negro, cosa que nos identifica. Con los países latinoamericanos nos unen otros lazos, pero tenemos más afinidad cultural con los que compartimos el origen africano, como el Caribe, Brasil, Venezuela y otros.
“En mi caso podría escribir largo sobre lo que me ha aportado la música que me ha llegado desde Estados Unidos, que no toda ha sido estadunidense. Para empezar, soy de una familia muy cinéfila, gusto que me inculcaron desde que era niño, en los años 50. Aquella década, además de haber dado infinidad de películas propiamente musicales, fue un momento brillante en la historia de las partituras cinematográficas. Sin esfuerzo me vienen a la mente títulos como Vértigo, Belinda, El mago de Oz, El hombre del brazo de oro, A summer place, Fantasía.Todos son filmes con músicas inolvidables. Si tomamos en cuenta que en aquellos años comenzaba el rock, aparece otra larga lista de películas e intérpretes que se me quedaron grabados. Aquellas impresiones se fundieron al sonido y la música de Cuba, que escuchaba a diario, y todo eso junto conformó al músico que soy.”
–En su último disco Sabina se burla de la gorda que teme le aborde un somalí. La gorda es Europa. ¿Cómo lo diría Silvio?
–Por ahora prefiero dejarle esa bronca a Joaquín, que lo comenta con más propiedad que yo, que hasta cierto punto soy otro somalí.
La familia de Roque Dalton necesita saber
–Acaba de escribir un poema en el que pregunta dónde están Roque Dalton y su hijo Roquito. ¿Cuándo conoció a Roque? ¿Qué opina del hecho de que dos personajes implicados en la muerte del poeta estén involucrados o formen parte del gobierno de México y de El Salvador*?
–Conocí a Roque, a su esposa y a sus tres hijos a finales de los años 60. A veces visité su apartamento en la calle J, en El Vedado. Durante un tiempo Roque fue presentador de los programas de canciones que hacía Casa de las Américas por televisión. También allí coincidíamos, o en casa de Felicia Cortiñas, donde se reunían los fundadores del primer Caimán Barbudo. De pronto Roque empezó a desaparecer y, cuando aparecía, contaba que había estado en Corea o en Checoslovaquia. Cierta vez un compañero dijo que se encontró a Roque en la calle, disfrazado, fingiendo ser otra persona. Cuando esa historia empezó a circular, sospeché que sus ausencias tenían un destino diferente a Praga y Pyongyang. Él estaba muy identificado con nosotros, los trovadores jóvenes de entonces, en una etapa en que éramos incomprendidos. Guardo de él recuerdos muy fraternos.
Para los responsables de su muerte debe de ser difícil explicarse. Pero están identificados y el reclamo no va a ceder hasta que lo enfrenten. Lo mejor, hasta para ellos mismos, sería que hablaran de una vez. Los familiares llevan 35 años esperando. La sobrecogedora carta pública de Juan José Dalton se explica admirablemente: la familia se declara dispuesta al perdón, pero primero necesita saber qué perdonar. El caso de los Dalton es modelo de un drama que vive todo El Salvador.
–Hubo una época en la cual escuchar su música en una América Latina marcada por las dictaduras suponía ser diferente, una diferencia que muchas veces se pagó con la vida. ¿Qué está ocurriendo ahora con su música en el continente? ¿Seguirá marcando la diferencia?
–Creo que hoy día otros gustos marcan la diferencia. Aunque sé que hay personas que siguen buscando mis canciones, las radios, las televisoras, Twitter y MySpace acaparan la actualidad. Eso que mencionas, la peligrosidad que suponía la tenencia de mi música cuando las dictaduras, por momentos me hizo tener una relación ambivalente con mi trabajo. No sé si alguien perdió vida por un caset mío, pero sé que quienes los tenían trataban de que no se los hallaran. Creo que pensar en eso influyó en que diera el paso de irme a Angola, a ver si me tocaba un proyectil en una selva, como dice la canción Testamento.
–Ha abierto un blog que es como jugar a Dios. ¿Por qué ahora y no antes? ¿Tiene fe en Internet?
–Abrí el blog sin saber lo que era, fue un acto irresponsable. No me di cuenta de las posibles consecuencias. Pero no me arrepiento, aunque ahora tenga otra boca que alimentar.
–¿Por qué la bendita manía de cantar y no de escribir, que tan bien se le da?
–Eso me recuerda algunos comentarios afectuosos que han salido en mi blog. Y también que de vez en cuando aparece un visitante que se queja de que me mimen. La verdad es que el mundo suele malcriar al que quiere. Y arrancarle el pellejo al que no.
Exclamación desesperada
–El embajador de Estados Unidos en México dijo el otro día que el cambio climático se va a encargar de resolver el problema que Estados Unidos tiene con Cuba, porque en 50 años la isla va a desaparecer bajo el mar. ¿Broma pesada o prepotencia pura y dura?
–Pues yo lo veo más como una exclamación algo desesperada: como quien reconoce que sólo fuerzas inapelables, como las naturales, pueden decidir el destino de Cuba.
–México vive en un estado de pasmosa violencia a raíz del narcotráfico, y en Estados Unidos hay más apoyo que nunca para levantar muros, enviar tropas a la frontera e impulsar leyes antiinmigrantes, como la de Arizona. ¿Pudiera improvisar algunos ojalá para México?
–México me duele en varias direcciones. Es un país al que le debo mucho. Llevo décadas recibiendo afecto prácticamente de todos sus rincones. México es crisol de culturas, pueblo talentoso, trabajador, que hizo una revolución verdadera, que el egoísmo y la codicia falsificaron. Es un país maravilloso que merece mejor suerte. Ojalá la izquierda mexicana consiga pasar sobre sus diferencias y trabajar unida. Hablo sobre todo de (el subcomandanteMarcos y López Obrador, dos luchadores que respeto mucho. Y ojalá no tomen a mal que se los diga, porque lo hago como hermano.
*Se trata de Joaquín Villalobos, hoy asesor en seguridad del Gobierno de México, y Jorge Meléndez, director de Protección Civil de El Salvador
Publicado originalmente acá.
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jueves, 20 de mayo de 2010

Daltónicos

Pop daltoniano con raíces catalanas


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 Ver (pero sobre todo, oír) más en:
http://acces.blogia.com/2009/071001-pop-daltoniano-con-raices-catalanas.php

Artículo del escritor cubano Alpidio Alonso

Aleluya a la mentira
Alpidio Alonso-Grau
 
El reciente 75 aniversario del salvadoreño Roque Dalton y el próximo 80 que celebrará el cubano Roberto Fernández Retamar, me incitan a proponer una relectura de sendos textos de estos poetas a la luz de la denominada «Plataforma de españoles por la democratización de Cuba».
En ambos casos se trata de criterios expresados hace más de cuarenta años. Desde sus respectivas miradas, cada uno aborda el tema de la manipulación de la opinión contra las ideas revolucionarias, lo cual, para empezar, revela, cuando menos, la antigua data de este tipo de práctica en la política dirigida por el imperialismo contra proyectos sociales como el emprendido por nuestro pueblo en 1959. Vistos en perspectiva, ambos textos resultan igualmente iluminadores en muchos otros aspectos vinculados con la naturaleza y los propósitos de la actual campaña lanzada contra Cuba por nuestros enemigos a través de los grandes medios de comunicación occidentales.
A raíz de que en 1969 Roque Dalton ganara el Premio Casa de las Américas con su libro de poemas Taberna y otros lugares, Mario Benedetti lo entrevistó para el semanario Marcha. Un simple repaso de algunos fragmentos extraídos de aquel diálogo resulta suficiente para ilustrar los mecanismos a través de los cuales se produce el fenómeno a que aludíamos más arriba. Sin necesidad de agregarle una coma para percibir su actualidad, cada una de las opiniones vertidas por Roque resulta una estocada a fondo contra el vedettismo y la postura realmente lamentable y oportunista de este grupo de intelectuales que hoy se junta en España para atacar a la Revolución Cubana desde supuestas posiciones democráticas. Llama asimismo la atención dentro de este análisis, la observación que hace el salvadoreño respecto a un fenómeno donde con frecuencia, de manera inconciente, no pocos intelectuales honestos son víctimas de la perversidad de esta maquinaria informativa puesta al servicio de los intereses de los poderosos:
MB: Así como decíamos que conviene estudiar la relación entre el escritor y el socialismo, dentro de un estado socialista, creo que también deberíamos estudiar los problemas derivados de la presencia de un escritor revolucionario dentro de una sociedad de impronta capitalista, o sea dentro de un mercado de consumo.
RD: Cuando apuntábamos que un escritor inser­to en un país socialista puede caer en la tentación de la industria mundial del espectáculo editorial, o sea la industria que persigue la enajenación de las masas populares, estábamos señalando un peligro real pero también excepcional. En cambio el escritor que trabaja en el mundo capitalista, vive inmerso en una situación presidida por un gran aparato que por lo general está al servicio de la ideología del enemigo, y por lo tanto corre el riesgo de convertirse en su víctima inmediata. Aun el escritor que se rebela, aun el escritor que es digno de su papel y lucha contra la enajenación, puede ser una víctima de ese aparataje y ser aludido desde diferentes niveles.
MB: Algo así como una «operación seducción».
RD: O una «operación soborno», que incluye maniobras destinadas a dotarlo de una buena conciencia a pesar de las concesiones que poco a poco se le puedan arrancar. Todo está destinado a un fin último: asimilarlo al gran aparato de enajenación, montado en con­tra de nuestras masas populares.
MB: El mero hecho de neutralizarlo, ¿no es aca­so un buen dividendo para el enemigo?
RD: Desde luego, en este aspecto el enemigo ejerce una acción cotidiana, costosísima, que se manifiesta en todos los órdenes de la vida cultural: ediciones lujosas, excelente promoción del libro, gloria efímera, la posibilidad de convertirse en una suerte de prostituta intelectual, muy bien pagada, o un payaso simpático, al servicio de los intereses más inconfesables, aunque a veces, en los mejores y más inocentes de los casos, no se tenga conciencia de ello. Lo que me produce preocupación es que tales maniobras de seducción alcancen a muchos de nuestros compañeros y que éstos no adviertan que al caer en la falta de seriedad, en la payasada, o en, las concesiones directas al enemigo, están contribuyendo a crear en los pueblos la imagen de que al intelectual promedio sólo le interesa la frivolidad, la publicidad, la tontería.
En fecha aún más temprana a la de la publicación de estos razonamientos de Roque, el 7 de septiembre de 1959 Roberto Fernández Retamar dio a conocer en el periódico Revolución su artículo «Elogio de la mentira», en que aborda el tema de la manipulación intencionada de la información, específicamente contra la Revolución Cubana, por parte de los que ya entonces llamó «alquilones internacionales de la pluma».
En este artículo Retamar parte de diferenciar la mentira del error. El error, como la verdad, puede, según expresa, «nacer de la buena fe. Ambos, error y verdad, están de un mismo lado». A lo que más adelante agrega:
mentira no es solo decir A por B. Hay que ver la rica gama de la mentira, de la cual esa suplantación no es más que un caso particular. Mentira es presentar la parte por el todo, mentira es decir lo malo y callar lo bueno, mentira es seguir usando un mismo nombre para designar cosas que sabemos que han cambiado de esencia, mentira es subrayar lo negativo pequeño y dejar en brumas lo positivo grande, mentira es mezclar lo verdadero a lo dudoso para que lo dudoso parezca verdadero también, mentira es dar una opinión pasajera por regla fija de conducta, mentira es… pero ¿quién podría intentar agotar las variedades camaleónicas de entidad tan rica en posibilidades? La verdad es pobre, pues no es más que una; la mentira es millonaria. Mentira es todo lo que sabemos que no es verdad y damos como si lo fuera. En eso estriba la diferencia con el error: el que mantiene un error cree tener una verdad, el que mantiene una mentira sabe que no tiene una verdad. El primero actúa de buena fe; el segundo, de mala fe […] Quien miente sabe ya dónde está la verdad; quien miente realiza un homenaje, todo lo extraño que se quiera, a la verdad. Los mentirosos son también heraldos de la verdad. Los equivocados la niegan; los mentirosos proclaman, al echar mano de la mentira, que saben dónde está la verdad […] Si se ven obligados a recurrir a un arsenal tan endeble, es que hasta ellos, nuestros enemigos —y son enemigos porque ellos lo han escogido así, porque, al parecer, de eso viven—, reconocen que la verdad está de nuestro lado, que a ellos no les han quedado en las alforjas sino unas cuantas (o unas muchas) mentiras oxidadas y romas. […] Pero al ir a refutar esas imposturas hemos dado con un fenómeno en verdad curioso. Esas mentiras son la prueba palpable de que los que tratan de dañarnos saben, ellos también, que tenemos razón. A través de sus frágiles telas, esas mentiras van proclamando al mundo que no tienen sino mentiras contra nosotros, que la verdad va con nosotros.
Precisamente porque sabemos que quienes hoy desde España encabezan una nueva campaña difamatoria y abiertamente injerencista contra nuestro país, omiten o tergiversan una verdad que de sobra conocen, y que de ellos no podemos esperar otra cosa que mentiras y acusaciones mal intencionadas dirigidas a confundir a quienes por desinformación, en cualquier parte, pueden ser víctimas del engaño, es que nos vemos obligados a responderles. ¿Qué, si no odio, podemos aspirar a recibir de ellos? Permeados por una ideología raigalmente colonialista e «incapacitados vitalmente para admirar» una obra brotada del más elevado sacrificio, representan, como diría Lezama, «el escudo de las más viejas decadencias». Por eso no nos asombran la dimensión del engaño ni el ensañamiento con que asumen su triste papel.
Hay otra España, lo sabemos. Y es precisamente a esa otra España entrañable y solidaria a la que tanto debemos y respetamos los cubanos, a la primera que ofenden las maniobras serviles de quienes, de manera absolutamente insultante, pretenden erigirse en generosos consejeros de nuestro destino.
Para quienes hoy nos atacan con plena conciencia de lo que hacen —lo sabemos de antemano—, ninguno de nuestros argumentos resultará nunca suficiente. Su objetivo no es el de dialogar o establecer un debate para propiciar, como pérfidamente aducen, algún posible entendimiento. Su meta es otra —la misma desde los años en que Retamar y Roque denunciaron, en los textos citados, actitudes semejantes—, y harían cualquier cosa para alcanzarla: destruir la Revolución y retrotraernos al capitalismo. No es por tanto a estos asalariados nuncios de la maldad a quienes nos dirigimos, sino a quienes, de buena fe, pudieran estar confundidos.
Trato de ponerme en el lugar de los que nos agreden y comprendo las razones profundas de su preocupación: ni las Damas de Blanco, ni la vida de Fariñas, ni siquiera la suerte de sus mercenarios dentro de la Isla, presos o en libertad, constituyen cuestiones que realmente les preocupan. Ellas son, en todo caso, meros pretextos para encauzar objetivos mucho más profundos. Lo que en verdad los enloquece es constatar que a pesar de todas las presiones y dificultades a que nos han sometido durante más de cincuenta años, no han logrado hacernos retroceder en nuestros propósitos de construir un proyecto social y político propio, ni han podido, por más que lo han intentado, arrancarnos una sola concesión de principios en nuestra determinación de construir el socialismo y en nuestra aspiración legítima de, a través de él, llegar a «alcanzar toda la justicia». Aun cuando no lo manifiesten, ellos saben muy bien cómo piensa la abrumadora mayoría de los cubanos. Aunque busquen la manera de minimizarlo casi hasta el silencio en sus grandes medios, saben también interpretar el simbolismo de una manifestación como la protagonizada en todo el país el pasado 1º de mayo y lo que significa el masivo respaldo que dio el pueblo a la Revolución en las urnas durante las últimas elecciones.
Pero sus preocupaciones no terminan con lo que, muy a su pesar, hemos logrado hasta el presente. Más que todo, es nuestro futuro lo que se les convierte en un insoportable dolor de cabeza. Saber que nos las hemos arreglado para salir de los peores momentos de la crisis y ver que empiezan a darse cambios, reales, tangibles, en función de hacer más eficiente nuestra economía, desburocratizar estructuras, fortalecer nuestra institucionalidad y en definitiva, encauzar nuestro socialismo por caminos ajustados a nuestras posibilidades y aspiraciones, sin dejarle la más mínima brecha a los anexionistas y a quienes apuestan por acabar con lo que tanto sacrificio nos ha costado, es ya demasiado para quienes han vivido para impedirlo y han convertido al «tema cubano» en una obsesión, en un enfermizo asunto sentimental dentro de sus vidas. Si algo saben quienes hoy nos calumnian y exigen cambios a toda costa al gobierno cubano, es precisamente que esos cambios empezaron ya, que se están haciendo, solo que al ritmo que nuestras posibilidades y las actuales circunstancias nos lo permiten, y a nuestra manera, para no cometer errores que, a la postre, resultarían imperdonables.
Si algo queremos los revolucionarios cubanos es ver materializados ya todos los cambios que se han proyectado para superar las dificultades por las que atravesamos, muchas de ellas, motivadas por nosotros mismos, derivadas de errores e irresponsabilidades imputables solo a nuestra desidia y al excesivo paternalismo del Estado. Pero por encima de nuestros deseos está la responsabilidad que tenemos con asegurar que no se dé un solo paso en falso, pues si de algo estamos conscientes es de la dimensión de lo que nos estamos jugando. Justamente por eso es que están tan preocupados. Ellos saben lo que significan esos cambios para el fortalecimiento de nuestro socialismo, temen a nuestros cambios porque saben que haciéndolos les quitamos la posibilidad de que puedan meter las manos en nuestro futuro. De nuevo nos subestimaron pensando que no podríamos. Tan ensimismados han estado durante años con su pregón acerca de nuestro «inmovilismo», que han terminado entrampados en su propio discurso, sorprendidos por una realidad que, ahora sí, los aterra. La capacidad dialéctica que ha mostrado la Revolución, su audacia para actuar aun en medio de las complejas condiciones de crisis que vive el mundo, evidentemente, no estaba en sus planes.
Sobre esto, me detengo en un matiz que me parece esencial: es cierto que las presiones externas, en primerísimo lugar el bloqueo norteamericano, generan dificultades que nos hacen mucho más difícil poder materializar los cambios que nos hemos planteado realizar los cubanos para hacer más eficiente y justo el sistema que hemos elegido. Mas creo importante subrayar que, independientemente de las presiones externas, la voluntad de producir esos cambios dentro de nuestro socialismo ha sido claramente expresada desde el barrio hasta la más alta dirección de la Revolución; que se trata de cambios que obedecen a necesidades planteadas por los propios cubanos, quienes deberemos, ateniéndonos a las condiciones de cada  momento, encontrar las fórmulas más adecuadas para llevarlos a la práctica. Con esto quiero decir que no serán, por tanto, ni presiones intimidatorias, ni campañas injerencistas como la que se ha montado por estos días desde España, ni la posición común de la Unión Europea, ni siquiera el bloqueo yanqui, quienes decidirán nuestro futuro. Nuestro futuro depende de la lucidez, la capacidad y el coraje que demostremos los cubanos para seguir defendiendo un modelo de socialismo propio, independientemente de lo que hagan y piensen nuestros enemigos en cualquier parte.
Muy mal encaminados andaríamos, si confiáramos nuestra capacidad para obrar en función de mejorar nuestra sociedad y construir nuestro porvenir a la benevolencia y los buenos oficios de quienes, desde el mismo primer día, han hecho hasta lo imposible para tratar de impedirlo.
Todo esto sin hablar del papel jugado por Cuba en la gestación y consolidación del Alba como alternativa de integración en un contexto internacional en que las principales potencias imperialistas no hallan ya qué hacer con la crisis que su propia codicia ha provocado. Tampoco con esto parecen haber contado quienes, a juzgar por las maniobras que hacen para aislarnos —en la Unión Europea y otros foros internacionales—, se muestran muy preocupados con el modo en que los cubanos hemos logrado hacer viable un modelo de intercambio que promete expandirse por la región y que ha elevado el prestigio de Cuba y la simpatía por su pueblo a niveles nunca antes vistos.
A la luz de esa realidad, donde junto a Cuba varios países de nuestro continente comienzan a dirimir su destino sin necesidad de rendirles cuentas, como era usual hace apenas unos pocos años, puede comprenderse la incomodidad de quienes en España y las viejas metrópolis no han superado los obsoletos y bochornosos criterios coloniales en su visión sobre cuál debe ser su relación con Cuba y el resto de sus antiguas colonias.
Todo eso y más está detrás de esta nueva diatriba mediática presentada en España contra Cuba por un pequeño grupo de intelectuales. Son los mismos. La impotencia y la infamia de los hartos de siempre, contra la dignidad y los sueños de un pueblo humilde y bravo.
Tal vez ellos no lo han pensado, pero, a su modo, y sobre todo conociendo de quiénes viene, esta nueva campaña llega para ofrecernos otra certeza de que los cubanos hemos elegido el rumbo correcto. Por ello, al valorar el modo en que sus maniobras se revertirán en favor de nuestra causa, sumándole, por supuesto, todo lo que de aprendizaje y experiencia dejan para los revolucionarios cubanos, podemos darles las gracias a nuestros «generosos enemigos», y junto al poeta celebrar el favor que vienen a hacernos sus mentiras:
¿Cómo pues no elogiar la mentira? ¿Cómo no agradecer a las alborotadas plumas babélicas que echen mano de todas las torpes, gastadas y risibles mentiras que se les ocurran cuando de hablar de la Revolución Cubana se trate? […] Loada sea pues la mentira. También ella ha querido, aunque torcidamente, sumar su voz a las voces honradas que en todas partes del mundo saludan el esfuerzo gigantesco de un pueblo pequeño por instaurar en su frontera un régimen de justicia. Aleluya, aleluya a la mentira.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Segunda parte del interesante trabajo de Ixquic


Una de las historias prohibidas de este Pulgarcito (II) 


Muchos nos preguntamos ¿qué fue de Roque en su cautiverio? Y cuales son esas versiones, susurros, suposiciones de aquellos que estuvieron allí o al menos cerca? Esta debería ser la tarea de las autoridades: establecer jurídicamente la verdad. Mientras eso no suceda sólo queda…suponer.
El Documento de la RN, publicado en 1976 narra –hasta el 1 de mayo— cómo fueron los últimos días de Dalton. Lo recomendable es leer el detalle del debate ideológico y estudiar los “egos” de los jóvenes revolucionarios para comprender o más bien tratar de entender qué cosas motivaron tan extrema medida de la ejecución.
Los miembros de la RN señalaron que Dalton estuvo privado de libertad (entiéndase sometido, en cautiverio) desde el 13 de abril en una casa cerca del Barrio Santa Anita. Según lo que he leído, para ese momento Dalton tenía un rol de asesor político, apoyaba a la comisión política, que junto con la unidad o comisión militar formaban el Estado Mayor del ERP. Roque no era ni fue un jefe militar (así lo reconoció expresamente el ERP en un documento), su rol era intelectual: pensar y redactar documentos, hacer trabajo de análisis.
Justamente ese rol, es lo que desencadenó la disidencia pues hubo algunos que pensaban como él (no es mi afán acá discutir esos presupuestos, pero personalmente me parece que dado el momento histórico, Roque fue visionario y extraordinariamente anticipado a su tiempo) y otros que rechazaron esas posiciones y que pertenecían al “ala” militar del ERP, entre ellos Alejando Rivas Mira, Vladimir Rogel, Joaquín Villalobos, entre otros. A estos se les llamó "la camarilla militarista”.
Uno de los seguidores de Dalton, Armando Arteaga o Pancho fue detenido arbitrariamente e13 de abril bajo el cargo de “insubordinación” y dos horas después Roque Dalton, por haber instigado a la "subordinación a Pancho”. Esto desencadenó la discusión entre esos bandos en un espacio que ellos denominan Dirección Nacional, se hacen mutuas y graves acusaciones en torno a los detenidos. La camarilla militarista acusaba a los futuros fundadores de la Resistencia Nacional de “estar del lado de Dalton” y deciden convocar a un “Consejo de Guerra” mismo que decidió la suerte de los detenidos. Hubo amenazas de muerte incluso.
Este consejo se llevó a cabo el 14 de abril y a Dalton se le acusa de ser agente pro cubano (en esa época los grupos guerrilleros rechazaban el control y manipulación cubana en las guerrillas, así como las tareas de inteligencia, visiones, etc.) y al parecer hubo quien pidió su inmediata ejecución. Pero ante la falta de pruebas, se decidió permaneciera arrestado.
17 de abril hubo una especie de golpe de estado de la camarilla militarista y acusan a una fracción de la Dirección Nacional de ser parte de la fracción oportunista de derecha. A Roque se le acusa de ser agente de la CIA y se habla de depurar esa la infiltración en el ERP.
Esto volvió mas tensa la situación y el 1 de mayo algunos se retiran del ERP y fundan la RN, dejando a Pancho y Dalton a su suerte. Claro, hay que leer esos documentos y testimonios (puede consultarse libro de Rico Mira, Sancho por ejemplo) para entender que prácticamente se trataba de salvar la vida pues habían dirigentes del ERP con la plena intención y capacidad de “limpiar” por las malas la disidencia ideológica.
Según el documento de la RN, el 8 de mayo el ERP señaló que asesinarían a los miembros de la RN “sin ninguna consideración” y que incluso hubo tres atentados fallidos. El 9 de mayo los “condenan a muerte o exilio” a través de un comunicado firmado por el estado mayor del ERP. El 10 de mayo matan a Roque y a Pancho y el 16 declaran públicamente –a través de un volante—su responsabilidad en los hechos.
Sobre los cadáveres hay versiones. Pero es importante señalar que a la Familia Dalton siempre les dijeron que los restos estaban resguardados. Y por eso se entiende el compás de espera hasta finalizada la guerra. Pero con el tiempo y quizá de cara al futuro como “políticos” las versiones han variado.
En 1993 la familia Dalton solicitó a la División de Derechos Humanos de la Misión de las Naciones Unidas para el Salvador realizara un investigación para recuperar los restos. Y en ese momento que miembros del ERP (Villalobos y Jonás) señalaron que Dalton fue enterrado en el lugar conocido como el Playón y aunque colaboraron con la investigación localizando a varios testigos, ONUSAL llegó a la conclusión que los restos de Dalton no pueden ser recuperados porque fueron dejados semi enterrados y los animales pudieron comérselos. En las entrevistas realizadas por García Dueñas hay quienes restan credibilidad a esta versión y piensan que fue una buena forma de poner fin a la búsqueda de Dalton. ¿cómo saberlo? Pues, si los que saben, hablaran.
Hay evidencia de la esperanza que la familia albergó para saber la verdad y encontrar el cadáver de Dalton (ver lo que publicó la familia en “Dramática Conclusión" en ESTRIBO en 1994 en donde reiteran que su posición siempre fue “exigir el conocimiento publico de la verdad sobre su muerte, que después de 19 años” y narran que solicitaron a poyo a ONUSAL." Y lamentan que en este momento tanto el ERP como la RN "luego de haber afirmado que sabían donde estaba el cadáver ahora salieran con que no se sabe" ¿porque dijeron antes “que estaba bien protegido?
En 1993 Joaquín Villalobos –máximo dirigente del ERP— señaló, en su discurso de cierre del Primer Congreso PRS-ERP publicado como campo pagado en La Prensa Gráfica del jueves 23 de junio de 1993 p. 73, lo siguiente: “La Dirección Histórica de ERP fiel a la línea de reconocer los errores quiere aprovechar este momento para asumir la responsabilidad de los graves sucesos que en mayo de 1975 terminaron en la injusta y dolorosa pérdida de los revolucionarios Roque Dalton y Pancho. Anunciamos que estamos trabajando en la localización de los restos y que presentaremos un informe del caso en el que daremos a conocer los hechos de ese momento y recogeremos el aporte de Roque. Queremos pedir disculpas públicas a nuestros hermanos de la Resistencia Nacional y darles la razón en el irracional debate en que entramos en 1975. La culpa fue nuestra”. Al menos, los que sobrevivieron a esta brutalidad “entre compañeros” quizá pudieron sentirse desagraviados.
Así mismo, Juan José Dalton entrevistó a Villalobos en marzo de 1993. Entrevista publicada en EL EXELCIOR de México, señaló que la ejecución de Dalton “Fue una decisión de la dirección de esa época de 1975 que son, tendría que hacer una precisión, pero por ahorita me recuerdo de Alejandro Rivas Mira, Jorge Meléndez, Vladimir Rogel, Alberto Sandoval (Lito) y otro compañero de seudónimo Mateo y yo. Probablemente se me ha quedado un par de nombres más.” Algunos de éstos ya están muertos. Rivas Mira, desapareció meses después de la ejecución de Dalton, cuando cobró el rescate del secuestro de Roberto Poma, se quedó con la plata, su novia y desertó. Desde entonces nadie sabe de él.
David Escobar Galindo en un artículo publicado el 24 de julio de 1994 LPG cita lo que sucedió en la mesa de negociación de la paz, cuando dijo a Villalobos: no vuelvas a decir que la muerte de Roque fue un error; la conciencia de este pueblo rechaza ese absurdo eufemismo. Fue un crimen. Acéptalo. Más vale así. Y tú, Eduardo, aunque todo ha cambiado, no quieras perderte en explicaciones que responden mas bien a realidades del presente, que a la verdad de los hechos. No trates de poner razones a lo injustificable, por favor”
En la entrevista con García Dueñas en el 2004 (que está disponible en la biblioteca de la UCA) cuando Villalobos vino invitado a la toma de posesión de Tony Saca, éste señala que te voy a decir cual es mi principio, me baso en un principio que dice, la mejor respuesta a una mentira es el silencio(…) ahí se da una discusión y lleva a que un grupo empiece a conspirar contra el otro, que es básicamente este grupo de la resistencia (Resistencia Nacional). (…) La situación se agudiza en medio de todo esto se produce el arresto de Dalton y hay un juicio que no tenía características, era un juicio en condiciones de clandestinidad, un juicio este, pero bueno, fue un juicio mal hecho, deformado, como se quiera y… la acusación principal era que era agente de la CIA y hay que decir que había cosas raras como la famosa fuga de Dalton de la cárcel.
En la entrevista a Rico Mira (primo de Rivas Mira) este señalaPrecisamente ahí había cortado un poco la charla. Roque era un escritor brillante, un político brillante, con experiencia y reconocimiento internacional. Entonces ellos pensaron que el hombre que podía convertirse en la figura de la revolución en El Salvador, podía ser Roque. Pensaron que Roque con su gente, Sancho y otra gente así podían anularlos a ellos y hacerlos desaparecer política o físicamente. Ellos manejaban esa tesis, entonces, claro, en el seno del ERP se estaba dando desde hace ratos una lucha ideológica entre dos concepciones. Las concepción de los puchistas (golpistas) y la concepción que creía en el movimiento político militar que combinara lo político, lo militar y lo internacional y creían que habían que conformar un partido, lo cual los otros negaban. Ellos lo que decían es que había que disparar y se acabó.
Un crimen es así, aunque se justifique en función de la edad de los victimarios o de sus contextos. A los pandilleros nadie les disculpa sus delitos por su contexto ni por su edad. Dalton no solo fue ejecutado, también calumniado y no tuvo, siquiera, la posibilidad del silencio que ahora defienden Jorge Meléndez y Villalobos a su favor.
Mañana trataré de hacer una lectura “jurídica” del asunto.


Publicado originalmente aquí. 

lunes, 17 de mayo de 2010

Del blog de Ixquic, un texto imprescindible


Una de las historias "prohibidas" de este Pulgarcito

"Roque Dalton un hombre que me parece ejemplar desde la perspectiva de futuro: la vitalidad, el sentido del juego, la búsqueda del amor en todos los planos, la duda antes que el dogma, la crítica previa al acatamiento (Julio Cortazar en nov. 1975)
Estuve leyendo algunos documentos históricos del ERP, la RN, periódicos, comunicados en torno al asesinato del poeta Roque Antonio Dalton García. Desde que leí “Pobrecito poeta que era yo” en 1993 –por un ejemplar de EDUCA— que tenía un enérgico epílogo de Julio Cortazar este hecho me intrigaba, pues la indignación del gran cronopio se desborda en cada palabra escrita. Pero además, porque toda muerte extrajudicial y arbitraria debe ser aclarada.
De estas lecturas puedo resumir que para 1973 (año en el que nací) Roque Dalton García residía en Cuba y en diciembre de ese año, tras platicas con la organización clandestina Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) decidió integrarse a este grupo y regresar a El Salvador para realizar trabajo político.
Entender qué empujó a Roque a abandonar su vida y futuro en las letras por la lucha revolucionaria aparece explicado por Fabio Castillo, en un reportaje de Catterina Montti que se puede leer acá.
Su madre (que vivía en San Salvador) y familia –que residía en Cuba—supieron de él en mayo de 1975 cuando el ERP difundió (a través de un comunicado en una hoja volante, método de comunicación que solían usar las organizaciones guerrilleras en ese momento) la ejecución de Dalton García en los siguientes términos: “Roque Dalton fue detectado, capturado, y fusilado por las fuerzas del ERP. Existen innumerables pruebas de su labor traidora en el seno de la organización (…)” Esta noticia fue recogida por la prensa de época (EL DIARIO DE HOY, ACAN EFE, LA CRONICA).
Esta noticia de su ejecución fue reiterada con posterioridad por ex miembros del ERP que formaron en ese momento la organización Resistencia Nacional (RN). Los periódicos de la época dan cuenta de una madre que exigía el cadáver de su hijo. Sin embargo murió sin cumplir ese deseo.
Pero ¿qué motivo este homicidio? Las respuesta puede ser simple y a la vez compleja. Lastimosamente, los responsables la adornan con subterfugios como “Roque fue muerto, producto de un proceso” y cosas parecidas.
Los documentos publicados por los responsables en la década de los setenta y algunas entrevistas a personas cercanas a los hechos, realizadas por Lauri García Dueñas como producto de una tesis de graduación en el 2004, explican este “proceso político”. La muerte de Roque fue producto de la intolerancia ideológica y política que se dio en el seno del ERP. Existía un conflicto que dividía a dos bandos por contar con distintas posiciones políticas, estratégicas y hasta tácticas. Algunos agregan el temor de que Roque opacara el heroísmo de los pseudos revolucionarios como Alejandro Rivas Mira y su “camarilla”.
Este conflicto –que desde el 13 de abril de 1975 se volvió verdaderamente tenso y peligroso-- se “resolvió” con la huída de uno de los bandos y que era a fin a Dalton, mismos que formaron la Resistencia Nacional. Esto sucedió en 1 de mayo.
Roque Dalton y Armando Arteaga alias “Pancho” estaban detenidos arbitrariamente por el ERP en una casa cerca del barrio Santa Anita. Sus compañeros del ERP eran sus carceleros (y sus Guardias Nacionales) y decidieron terminar de “resolver· el asunto matando Dalton y a “Pancho”.
En 1976 se conoció la “Publicación Clandestina de la Resistencia Nacional (RN) y de su brazo armado, las Fuerzas Armadas de Resistencia Nacional (FARN), marzo /abril. En ese documento la RN señala: “Con la idea preconcebida de “deshacerse” (políticamente por el momento) del compañero Roque Dalton, como un paso que les permitiría avanzar en sus posiciones, planifican aceleradamente maniobras de provocación constantes, tendientes a propiciar una oportunidad de eliminarlo de las discusiones, y de paso, que diera lugar al impulso de otra maniobra: la de involucrar a miembros de la dirección nacional, en el “complot” que habrían de adjudicarle contra el Estado mayor del ERP” En este documento la RN acusa al ERP de persecución política (sufrieron atentados y recibieron amenazas a muerte).
Por su parte, el ERP publicó un documento en 1977 (puede consultarse en la Prensa Comunista). Allí se abordó el Caso Dalton en los siguientes términos: “(…) la ejecución como un hecho concreto y su responsabilidad histórica, es evidente que constituyó un grave error político e ideológico que debería corregirse y resolverse en base a otros métodos (…). Ahora bien, Dalton fue en todo instante un elemento dañino al proceso revolucionario salvadoreño y su ejecución fue la puesta en practica de sus propios métodos y concepciones de la lucha ideológica, es mas recae sobre sus concepciones y tendencias pragmáticas la responsabilidad de haber asumido a nuestra organización en una lucha fraticida de la cual el intruso Dalton fue una víctima de los errores y de la inmadurez del proceso que impidió corregirlos y evitar consecuencias. Dalton no debió nunca ser ejecutado, porque no podemos asegurar que fuera un traidor, tampoco se puede justificar su ejecución por sus posiciones pequeño burguesas. La ejecución fue un error político, pero Dalton no es inocente del hecho de haber empujado a la organización a esa misma lucha fraticida que acabço con su vida (…). Fue la inmadurez de nuestra organización –y no nos da pena reconocerlo porque no actuamos alrededor de nuestras individualidades personales, si no, de las necesidades del proceso revolucionario— la que nos llevó a cometer el error de ejecutar a Dalton y lo que es peor haberlo convertido en la bandera de los inconsecuentes y de los burócratas intectualistas pequeño burgueses.” Con esta publicación –que muy interesante-- el ERP reconoce públicamente dos cosas: la muerte de Dalton a través de una ejecución arbitraria e injusta y su responsabilidad en los hechos (es decir los que a nombre de la organización tomaron ésa decisión).
Luego se vino la guerra…. Y Roque, tuvo que esperar. Llegó la paz, luego la pos guerra ..y el cambio. .. y .. parece que Roque aún debe esperar.

Tomado del blog de Ixquic

sábado, 15 de mayo de 2010

viernes, 14 de mayo de 2010

Comunicado difundido en la conferencia de prensa de esta mañana

ROQUE: VERDAD Y JUSTICIA 

Este viernes 14 de mayo, Roque Dalton cumple setenta y cinco años de vida porque sigue presente en sus hijos sobrevivientes –Jorge y Juan José– quienes denunciarán en la Fiscalía General de la República (FGR) a Joaquín Villalobos y Jorge Meléndez por el asesinato de su padre. Esa lucha, digna de respeto y admiración, le recuerda al país la deuda estatal con todas las víctimas.   
El 10 de mayo de 1975, el poeta fue asesinado junto a Armando Arteaga –conocido como “Pancho”– por decisión del Estado Mayor del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) integrado por los tres acusados y Vladimir Rogel, Alberto Sandoval y otros ya fallecidos. Tanto Villalobos como Meléndez reconocen que el laureado escritor enfrentó un “proceso político” que derivó en su ejecución, asumida por ese mando político y militar como una decisión “colegiada”. Desde entonces, la familia de la víctima ha exigido ubicar el cadáver de Dalton y el de “Pancho”, sin que a la fecha ninguno de sus victimarios haya revelado esa información. En lugar de eso, sus versiones han cambiado a lo largo de los años. 
Estos hechos ocurridos antes de la guerra en El Salvador, son considerados delitos contra la humanidad en el marco de su evolución conceptual desde los tribunales de Nuremberg hasta el Estatuto de Roma; por tanto, no prescriben ni pueden ser amnistiados. Lo son porque ofenden a toda la humanidad, en la medida que fueron realizados como parte de una práctica sistemática por razones políticas en contra de una disidencia intolerada y eliminada por la fuerza. Y en el  caso particular de Roque Dalton, lo es por la trascendencia universal de quien se ha erigido como el máximo creador literario salvadoreño. 
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que “son inadmisibles las disposiciones de amnistía, las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los responsables de las violaciones graves de los derechos humanos tales como la tortura, las ejecuciones sumarias, extralegales o arbitrarias y las desapariciones forzadas, todas ellas prohibidas por contravenir derechos inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos”. 

Por eso, una vez más, las víctimas acuden a la FGR –entrada al sistema nacional de justicia– para que funcione. Para que investigue y establezca la verdad; para que inicie en serio la batalla estratégica contra la impunidad. La familia Dalton ofrece algunos elementos que pueden ayudar a la institución en lo relativo a la determinación de las responsabilidades: audios de las declaraciones de algunos de los presuntos autores materiales e intelectuales, así como varias publicaciones en periódicos de circulación nacional donde admiten su culpa. La FGR tiene hoy otra oportunidad para reivindicarse y demostrar que es capaz de combatir con éxito la criminalidad, no importa quienes sean sus autores.   
San Salvador, viernes 14 de mayo del 2010. 

Texto de Retamar que desmiente los rumores sobre la supuesta ruptura de Roque con la revolución cubana


Con Roque siempre

“En 1963, en una intervención en la Biblioteca Nacional de Cuba, anuncié que no estaba lejano el día en que se diría «Dalton» como entonces, en 1963, se decía «Vallejo» o «Neruda». Hace tiempo que ese día llegó, y jóvenes de muchas partes lo proclaman” 

por Roberto Fernández Retamar

A Aída

Antes que a Roque, conocí, sin saber que era de él, su poesía. He escrito a propósito de esto en otras ocasiones, por lo que no pretendo ser aquí original. A lo largo de los más de cincuenta años de vida de la Casa de las Américas, solo en dos ocasiones he integrado el jurado de su premio anual de poesía, y en ambas, obras de Roque fueron distinguidas. Una, fue en enero de 1962, cuando los libros se presentaban con seudónimos, de modo que al encontrarme, deslumbrado, con los versos de El turno del ofendido, ignoraba quién sería su autor. Tal libro, a petición mía, obtuvo mención en el concurso, y la Casa lo publicó en bella edición.

Siete años más tarde, en 1969, volví a formar parte del jurado, y en esa oportunidad el premio fue para el libro de Roque Taberna y otros lugares, un título imprescindible en la poesía del siglo XX.

Para entonces, a diferencia de la vez anterior, yo ya sabía bien quién era Roque, y me unía a él una amistad fraternal. Poco después de leer El turno del ofendido, me fue dable encontrarme con su autor, quien había viajado de México a Cuba para participar en una reunión política. Nos conocimos en una librería habanera, y nos hicimos desde el primer momento viejos amigos. Sobre él escribí y publiqué en la revista Casa el poema «Carta a Roque Dalton». En mi cuarto de trabajo tengo una foto suya que me dio con esta dedicatoria: «Para mi querido hermano Roberto Fernández Retamar, esta foto en pose de abnegación. Roque. 1963».

Nos unían ideales literarios, personales, políticos (muy fuertes en él), si cabe hacer estos distingos. En 1962, a sus veintisiete años, ya Roque era uno de los poetas más destacados de aquel tiempo americano. Y vista su tarea en conjunto, creo poder decir que es el poeta más representativo de nuestra generación, a la cual José Emilio Pacheco sugirió que se la llamara «del 59» por razones obvias, y que cuenta con grandes voces y grandes muertos. Mario Benedetti, a propósito de estos últimos, compiló la antología Poesía trunca, editada por la Casa de las Américas, donde Roque ocupa lugar primordial.

En 1963, en una intervención en la Biblioteca Nacional de Cuba, anuncié que no estaba lejano el día en que se diría «Dalton» como entonces, en 1963, se decía «Vallejo» o «Neruda». Hace tiempo que ese día llegó, y jóvenes de muchas partes lo proclaman. Me enorgullece que así sea, y me congratula, por ejemplo, que atendiendo a solicitud que le hice para una entrega de la revistaCasa dedicada al centenario de Lenin, Roque me diera unos poemas que crecerían hasta ser Un libro rojo para Lenin.

Por otra parte, como se sabe de sobra, su extraordinaria faena en verso es solo una parte de su extraordinaria faena literaria. Pero en estas líneas no pretendo hacer un balance de su obra ni de su excepcional vida, sino evocar su presencia entre nosotros.

Esa presencia llegó a ser familiar. Recuerdo, por ejemplo, la noche en que Roque llegó a casa con Aída y sus tres hijos para la cena de Navidad. O cuando Roque nos visitaba con flores porque estaba enamorando a mi hija más pequeña, entonces de dos años, quien tiempo después me dijo que ella había creído de veras que Roque era su novio. Adelaida conserva un libro de Roque dedicado «A mi suegra». Algunos años más tardes, uno de los hijos de Roque tuvo pretensiones acaso menos candorosas a propósito de una de mis hijas.

Mis relaciones intelectuales con Roque se hicieron más fuertes cuando lo invité a formar parte del comité de colaboración de la revista Casa de las Américas. Evoco ahora en particular una noche de enero de 1967 en que los miembros de dicho comité tuvimos una cena con Fidel que se prolongó hasta el amanecer, ocasión en que Fidel y Roque se enzarzaron en observaciones sobre el uso de cierta arma.

Sin duda la Casa fue la institución cubana a la cual Roque estuvo más vinculado. Además de los ya nombrados, la Casa publicó varios de sus libros. Pero Roque desbordó la Casa. Ejerció influencia en varios de los jóvenes poetas nucleados en torno al primer Caimán Barbudo; publicó en las revistas UniónPensamiento Crítico y Tricontinental; y, desde luego, se entrenó en Cuba para las tareas revolucionarias que se propuso. Su identificación con nuestro país fue tal, que en una glosa relampagueante de un verso de Martí pudo escribir: «Dos patrias tengo yo: Cuba y la mía».

Como corresponde a las verdaderas grandes amistades, la nuestra sobrevivió a las discusiones. Tuvimos una en 1970, y al día siguiente, 20 de julio, Roque me hizo llegar la siguiente carta:
    Estimado Roberto: Por este medio te reitero mi decisión en el sentido de renunciar a mi calidad de miembro del Consejo de Colaboración de la revista Casa. Quiero que sepas mi agradecimiento por haberme permitido colaborar en la labor que ha hecho de nuestra Revista una de las más importantes de América Latina y de la Revolución Latinoamericana. Quiero asimismo insistir en mi fraternidad para ti, nunca desmentida, y en el deseo de que ambos, desde el nivel de nuestras particulares posibilidades, sigamos trabajando en la vida de la Revolución, inclusive uno en nombre del otro. Con el mismo abrazo: Roque».
Meses después se disolvió el mentado comité (que Roque llamó consejo) de colaboración, y Roque volvió a publicar en la revista Casa. Pero quiero llamar especialmente la atención sobre su «deseo de que ambos, desde el nivel de nuestras particulares posibilidades, sigamos trabajando en la vida de la Revolución, inclusive uno en nombre del otro». Porque la realidad iba a darme una terrible ocasión de verificar esas palabras, de hablar a nombre de él.

Roque Dalton durante una lectura de poesía en la sala Manuel Galich de la Casa de las AméricasHace ahora treinta y cinco años, comenzó a circular, en forma vaga, la noticia de su muerte. Fui corriendo a la imprenta y escribí, al final de la entrega 91 de la revista, con el título «Compañero Roque Dalton», estas líneas:
    «Al comenzar a imprimirse este número de Casa de las Américas, distintas agencias de prensa están trasmitiendo la noticia de la muerte en su patria, en condiciones todavía no aclaradas, de nuestro querido compañero Roque Dalton. Confiamos en que esta noticia sea falsa, y nos sea dable seguir contando por mucho tiempo con su magnífica presencia creadora. Pero si fuera cierta, el haber conocido íntimamente y durante largos años a Roque Dalton, autor de una obra brillante, combativa y hermosa, nos permite asegurar que hasta el final tiene que haber sido fiel a su vida: una vida al servicio de la Revolución, al servicio de los pueblos de nuestra América, que él defendió y expresó sin cansancio».
Por desgracia, la espantosa noticia resultó cierta, y en el número 92 de la revista Casa, con fecha de agosto de aquel año y la firma de la institución, escribí «Sobre nuestro compañero Roque Dalton» estas palabras:
    Cuando hace algunos meses comenzó a circular la especie de la muerte de nuestro querido compañero y amigo Roque Dalton, nos negábamos a dar crédito a una noticia que tenía todas las trazas de las groseras calumnias que el enemigo no se cansa ni se cansará de urdir […] Confiábamos que Roque estaba vivo, y desmentiría de un momento a otro esa falsa noticia. Desgraciadamente, a estas alturas no nos es dable ya mantener esa esperanza, y estamos en la obligación de hablar por él, y rechazar en todos sus puntos, con la autoridad que nos da el haberlo conocido íntimamente durante los muchos años que estuviera vinculado a nuestra institución, las infames acusaciones que sus asesinos le lanzaran. Según lo que sabemos, el 10 de mayo último Roque Dalton fue cobardemente ultimado por una minúscula fracción de la organización revolucionaria salvadoreña en que militaba, Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP): fracción que previamente había sido acusada por la dirección del movimiento de desviación militarista y de extremismo pequeñoburgués. El asesinato de Roque Dalton y de otro compañero ratifica dramáticamente lo correcto de ese planteo. Roque Dalton ha muerto como vivió, fiel a su patria, a la Revolución latinoamericana, al marxismo-leninismo. Precisamente esta fidelidad es lo que no pudieron perdonarle quienes, inficionados con los gravísimos errores de un seudoizquierdismo antisoviético, anticubano, antirrevolucionario, han prestado al enemigo un servicio impagable. La historia los considerará como simples criminales que pretendieron aniquilar, en la persona de un luchador incansable, una limpia y abnegada postura; y conservará el nombre de nuestro querido compañero Roque Dalton, revolucionario consecuente, intelectual brillante y combativo, hombre generoso y cordial, amigo inolvidable, entre los nombres de los héroes, mártires y creadores de nuestra América.
El asesinato de Roque y la monstruosa acusación que sus asesinos le hicieran provocaron honda conmoción. En el número 94 de la revista Casa le dedicamos un homenaje con el título «Para Roque: el turno del ofendido». En su introducción, se leía de él que
    fue —y seguirá siendo— nuestro amigo, nuestro compañero, nuestro hermano. En la Casa de las Américas trabajó, publicó, discutió, enriqueció. Compartimos con él buena parte de su vida, la vida de un revolucionario infatigable, un intelectual creador, un hombre útil que provocaba cariño, admiración y alegría. […] Un grupo de amigos, compañeros y admiradores le dedican hoy aquí estas palabras. Muchas más le dedicaremos. Pero sobre todo estamos seguros de que su pueblo esgrimirá su nombre como bandera de combate, y hará que su utilidad, como corresponde a todo revolucionario verdadero, llegue más allá de su muerte. Descansarás en la lucha, hermano Roque. Estarás presente, con una sonrisa, en la victoria.
El homenaje incluyó textos, entre otros, de Julio Cortázar, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Régis Debray, Manuel Galich, Carlos María Gutiérrez, Efraín Huerta, Margaret Randall, René Depestre, Roberto Armijo y yo.

En este mayo de 2010 Roque hubiera cumplido setenta y cinco años. Para conmemorarlo, publicaremos el volumen Materiales de/sobre Roque Dalton en la revista «Casa de las Américas», con prólogo de Aurelio Alonso, quien también fue su amigo y compañero. Y, sobre todo, tenemos y tendremos siempre presente a Roque.

La Habana, 4 de mayo de 2010

Un poema de Silvio para Roque

Flor para Roque


No sé si le habrá dolido
el tiro que lo mató,
pero sé que su asesino
matándolo se murió.

No sé dónde lo pusieron
a dormir el desamor.
Hoy debo mirar al cielo
si quiero darle una flor.

Aída, Juanjo y Jorgito,
de cinco quedaron tres.
¿Dónde están Roque y Roquito?
¿Cuándo comienza después?

Roque Dalton fue mi amigo.
Él era un poco mayor
y ahora me resulta un hijo
necesitado de amor.

No es venganza lo que quiero,
sino dejar una flor
donde escondieron los huesos
de un héroe de El Salvador.



Publicado en el blog de Silvio.

jueves, 13 de mayo de 2010

Mensaje

Saludos. Gracias a su apoyo, este pronunciamiento de respaldo a la familia Dalton-Cañas ha venido ganando más fuerzas. "Todas las voces, todas. Todas las manos, todas", como decía el poeta Armando Tejada Gómez, pueden ser acá la diferencia entre la continuidad de la injusticia y el esclarecimiento de la verdad, no sólo en este caso, sino en muchos casos similares. Les comunicamos que este es el último día para recoger firmas, ya que mañana se buscarán los medios para dar a conocer el documento. Si pueden reenviarlo a sus contactos, sería de una gran ayuda. También será importante que ayuden a divulgarlo, en los países donde ustedes viven, con los medios de comunicación, con sus comunidades, con la gente que conocen.
Sigamos. "Todos tenemos más muerte que ellos, pero todos juntos, más vida que ellos".

Roque sigue interpelándonos


Roque Dalton: la ética que demanda
Iván Castro


            Ni para tener edad de pensar nos alcanzaba cuando el mayor poeta que parió el paisito cayó dejándonos toda la vida que podía nacer de su esperanza, hace 35 años. Ahora, tiempo después, no quiero pensar que lo medio pensantes que somos ahora, a no decir mal pensados, o proyectistas del bien pensar, podríamos concluir que fue una trama macabra para eliminar “lo pensante” en esos turbios años.
            Se trataba de “El proceso”, decían, para disfrazar, los milicos argentinos sobre la matanza que urdieron contra sus mismos compatriotas y sus vecinos en el sur del continente. Y el poeta Roque Dalton murió como parte de “un proceso”: dice ahora uno de los señalados en la trama de asesinar al poeta, en una entrevista, cuando es indagado sobre el crimen, y antes que se destape en su orgullo actual de ser un “salvador de vidas” del primer gobierno que aun queremos sea el de la esperanza.
            Un ministro habló de difamación, solo por cuestionar sobre el crimen, y de paso, cubrir otras oscuridades. Luego, alguno que otro mal asesorado rabió también siguiéndole la tónica, con argumentos tales como que la guerra les llevó parentelas.
            Sépalo usted, quien así arguye: no fue el único que perdió sangre de su sangre. Yo perdí hermanos, primos, tíos, parientes, amigos, compañeros. Sobre todo compañeros, un término ninguneado por tantas veces falseado. Y no perdí hijos porque no tenía edad para tenerlos y perderlos en la guerra por los mínimos espacios de democracia que se ganaron.
            Muchos quisieran vivir de sus galones, demasiados de sus historias. Pero ahora es el tiempo, de a poquito en poquito si se quiere y no defraudan más de lo hecho, de los olvidados. A esos de siempre, a los que han cantado Silvio y grandes voces más. Por esas voces, por ellos los pequeños sin nada, por sumarme, digo.
            Sobreviviente que soy, demando el mínimo: saber qué pasó, la explicación debida que se sobreponga al cliché tantas veces maniobrado por los militares que con asesinatos y desapariciones convirtieron a Nuestra América en el paraíso de las dictaduras y las manos duras para solucionar divergencias políticas. Y justicia.
            Que eso de verdad y de justicia sea por algo. Por algo la ética, eso que nos hizo diferentes desde tiempo atrás, y que a tientas comenzó a hacer sonar su voz en el paisito, y nos trajo a ganar al primer gobierno de izquierdas en la historia del paisito. Digo esto aunque ello resuene más de lo debido.
            Supo escribir el poeta esperanzas, y repartirlas. Sepamos los que estamos, tal como escribió Dalton, que “no hay héroes posibles / cuando la tempestad ocurre / en un oscuro mar de mierda”.